Azúcares y grasas dañan la salud digestiva

Azúcares y grasas dañan la salud digestiva y perjudican nuestro organismo hasta provocar la aparición de enfermedades graves.

No cuidar la alimentación y optar por una nutrición poco equilibrada y basada en azúcares y grasas daña la salud digestiva y deteriora el sistema inmune.

Cuando no funcionan las células encargadas de la inmunidad en el intestino, el sistema inmunológico intestinal resulta especialmente propenso a la inflamación, lo que pone a las personas en riesgo de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal es un conjunto de patologías caracterizadas por dolor o molestias abdominales, asociadas a una alteración en el hábito deposicional, que genera una inflamación crónica.

A día de hoy no tiene cura ni existe ninguna prueba complementaria que establezca el diagnóstico de esta enfermedad de forma definitiva.

La mayoría de las veces los procedimientos indicados en estos pacientes están destinados a descartar otras causas que podrían producir sintomatología similar.

La elevada ingesta de azúcares está asociada a la obesidad, a un incremento de riesgos metabólicos, a enfermedades cardiovasculares, y pero también a una alteración de la microbiota intestinal.

Esto favorece la aparición de bacterias patológicas como las proteobacterias y la disminución de las bacteroidetes, bacterias beneficiosas para la integridad intestinal, lo que produce la aparición de trastornos digestivos y una menor capacidad para regular la barrera intestinal.

En cuanto a las grasas, existen algunas saludables que poseen efectos antiinflamatorios como los ácidos grasos omega 3 procedentes del aceite de pescado y fuentes vegetales.

Sin embargo, ingerir ácidos grasos trans (como margarinas y bollería industrial) y grasas saturadas de forma abusiva, es un factor de riesgo para algunas patologías digestivas graves como la enfermedad diverticular del colon, la Enfermedad Inflamatoria Intestinal o el Cáncer de Colon, siendo esta última la tercera causa de muerte principal tanto en hombres como mujeres.

Para prevenir estas patologías, los profesionales médicos apostamos por una dieta rica en antioxidantes, especialmente de alimentos ricos en polifenoles: frutos rojos (fresas, frambuesas, granada, arándanos…); verduras como la remolacha o la berenjena; hortalizas (tomate, cebolla, ajo y pimientos); legumbres como las lentejas, judías, guisantes y soja; frutos secos y por supuesto, aceite de oliva, que son capaces de evitar la oxidación celular, potenciando mecanismos intestinales antinflamatorios.

Además, el consumo de pescados y alimentos ricos en omega 3 y omega 9, presente en el aceite de oliva, se ha descrito como protector de la salud intestinal. Por su parte, las dietas ricas en frutas y verduras, son un aporte de fibra y vitaminas lo que previene patologías intestinales como el Cáncer de Colon.

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