¿Qué es la anemia?

La anemia se define como una reducción del número de glóbulos rojos circulantes. Puede ser consecuencia de un descenso en la fabricación de alguno de sus componentes o bien por su pérdida o destrucción.

Los glóbulos rojos (hematíes) contienen una proteína rica en hierro llamada hemoglobina, que es la encargada de transportar el oxígeno desde los pulmones al resto del organismo.

¿Qué sentiré si tengo anemia?

Cuando existe anemia, el cuerpo no obtiene todo el oxígeno que necesita. Por ello, el síntoma más frecuente es el cansancio o la debilidad. Además, los pacientes con anemia pueden presentar mareos, dolores de cabeza, palpitaciones o palidez cutánea.

¿Cómo se diagnostica la anemia?

Para el diagnóstico necesitamos una analítica sanguínea que incluya hemoglobina, hematocrito o hematíes. Si la hemoglobina se encuentra por debajo de 12 g/dl en mujeres ó 13,5 en hombres, y/o el hematocrito es inferior al 36 ó 41% respectivamente, hablamos de anemia. Estos valores de referencia no son válidos en algunas poblaciones, como atletas o personas que viven en zonas de elevada altitud.

Otros parámetros analíticos de utilidad son el VCM (volumen corpuscular medio) , que nos indica el tamaño de los hematíes; la HCM (hemoglobina corpuscular media), que es la media de hemoglobina que contiene cada uno de ellos; y el RDW (red cell distribution width) que nos permite saber si hay variabilidad en el tamaño de los glóbulos rojos.

¿Cuáles son las causas de anemia?

Como ya hemos mencionado previamente, la anemia es debida a tres situaciones: descenso de fabricación, pérdida o destrucción de hematíes.

La causa más frecuente de anemia es la pérdida de glóbulos rojos, que suele ocurrir durante la menstruación, o bien en contexto de sangrados digestivos, cirugía, cáncer o traumatismo.

Diversas enfermedades, tanto adquiridas como hereditarias, pueden dar lugar a un descenso en la fabricación de los hematíes. El déficit o la malabsorción de hierro, ácido fólico o vitamina B12 disminuyen la producción de glóbulos rojos a nivel de la médula ósea. Existen otros micronutrientes, como la vitamina C o el cobre, que también intervienen en la formación de hematíes. Además, se requiere de eritropoyetina (Epo), una hormona de origen renal, para estimular esta fabricación, por lo que los pacientes con insuficiencia renal pueden tener anemia secundaria a ésta. Existen también otras enfermedades, como el cáncer o algunas infecciones, o fármacos que pueden disminuir la producción de glóbulos rojos.

Finalmente, otras situaciones como un crecimiento excesivo del bazo (esplenomegalia), enfermedades autoinmunes o infecciosas, o condiciones hereditarias como la talasemia, pueden dar lugar a anemia por destrucción de los hematíes.

¿Qué debo hacer si tengo anemia?

En caso de reciente diagnóstico o de causa desconocida se recomienda valoración por un médico especialista para su estudio, valoración y tratamiento en función de los resultados obtenidos.

En el servicio de aparato digestivo de Clínica ServiDigest, podemos completar su estudio de anemia mediante técnicas endoscópicas (Fibrogastroscopia, Colonoscopia y Cápsula endoscópica) que permiten descartar pérdidas de sangre a nivel digestivo. Además, si presenta una anemia por déficit de hierro, folato o vitamina B12, el servicio de Endocrinología y Nutrición le proporcionará una dieta adaptada y rica en estos micronutrientes y valorará la necesidad de suplementación farmacológica.

Servicio de Endocrinología y Nutrición de Clínica ServiDigest