¿Cómo reducir la ansiedad por estar confinados en casa?

A continuación ofrecemos algunos consejos para reducir la ansiedad por estar confinados en casa por el coronavirus.

Los confinamientos largos no solo generan aburrimiento, también efectos psicológicos negativos como la ansiedad y la angustia. Creíamos que situaciones como la actual solo pasaban en las novelas y películas o en países lejanos o subdesarrollados. Todo lo contrario, ahora estamos siendo protagonistas todos, lo que no deja de ser una lección de humildad para el género humano. Es el momento de plantearnos preguntas y sacar algo positivo de esta pandemia.

Muchos expertos señalan que esta situación dejará una huella psicológica importante y aconsejan no sucumbir al pánico y la desesperación mientras dura esta situación. En un mundo tan frenético, haber tenido que parar de golpe nos ha generado incredulidad y se han descontrolado nuestras emociones.

Transcurridos muchos días de confinamiento empieza una sensación de angustia, muchas veces producida por un sinfín de preguntas sin respuesta. La más recurrente, ¿Volverán a ser las cosas como antes?

Muchos analistas están desarrollando diferentes teorías estos días, pero en lo que están todos de acuerdo es que el mundo ya no volverá a ser el mismo, pero no necesariamente va a ser peor.

Siempre se dice que los seres humanos somos capaces de superar cualquier cosa y aprender de los momentos más dolorosos. Y es que, si tomamos esta situación de alarma y confinamiento como un periodo obligado de reflexión, en algunos aspectos podemos experimentar un cambio beneficioso.

Para eso, es importante dotarnos de algunas herramientas para sobrellevar esta situación, llenándola de significado e integrándola en nuestra historia personal.

Desde Clínica ServiDigest queremos dar algunas claves para sobrellevar este retiro forzado con un enfoque positivo.

Evitar la infodemia o exceso de información. Es importante y necesario mantenerse informado (siempre consultando medios fiables) para hacer un seguimiento correcto de cómo evoluciona la pandemia. Lo que se debe evitar es consultar los digitales y las redes de forma compulsiva, cada pocos minutos. Con eso solo conseguimos aumentar la ansiedad.

Ser permisivo y empático. No existe una sola forma de afrontar el estrés y la inquietud de esta situación. No debemos exigirnos a nosotros mismos ni a los demás, comportarnos como si no pasara absolutamente nada. Debemos ser indulgentes y entender que somos seres racionales pero también emocionales. El miedo, la frustración o la culpa pueden aparecer y no debemos ignorarlo. Este es un mal que afecta a todos y debe emerger la empatía y la disposición a ayudar.

Estar activo. Si en lugar de dejar que nuestra mente imagine escenarios catastrofistas y se anticipe a un futuro pesimista, nos mantenemos activos física y intelectualmente, nos sentiros mucho mejor. Leer, cocinar, aprender… También podemos optar por emplear nuestro tiempo en causas altruistas y solidarias ya que desde el punto de visto emocional es muy saludable.

Humanizarnos. La parte buena de las épocas difíciles es que podemos sacar enseñanzas valiosas que dan sentido a la experiencia vivida. Esta crisis sin precedentes nos está haciendo sentir muy vulnerables, pero algunos también están desarrollado el sentido comunitario. La sociedad se ha humanizado más y ha valorado a algunos colectivos que están teniendo que soportar más tensiones que otros. No sólo sanitarios, también trabajadores del sector de la alimentación, del transporte y de la limpieza se han visto sometidos a presiones para los que nadie los había preparado.

Valorar lo esencial. Una de las enseñanzas que nos está ofreciendo el confinamiento es descubrir lo poco que necesitamos para vivir, pero ha tenido que llegar esta situación para saberlo… Vivir de forma más austera y esencial, sin necesidad de tanto, es un valioso aprendizaje para cuando vuelva todo a la normalidad.

Ser agradecido. Al vernos privados de todo aquello que antes dábamos por supuesto, empezamos a valorar cosas como dar un paseo al aire libre o reunirnos con familiares y amigos alrededor de una mesa, maravillas cotidianas que antes no valorábamos lo suficiente.

Además de cuidarnos los unos a los otros, lo más útil que podemos hacer a lo largo de este confinamiento es decidir cómo queremos vivir cuando pase la pandemia. Hay cosas que solo pueden percibirse cuando aflojamos el paso y calmamos la mente…pues precisamente nos encontramos en esta situación, así que vamos a sacar partido de ella y cuando regrese la normalidad tengamos el valor de aplicar a nuestro día a día lo que estamos aprendiendo

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