Insólita Diada de Sant Jordi

El COVID-19 nos obliga a una insólita Diada de Sant Jordi: la ciudad no está llena de paradas donde comprar libros y rosas, y los autores no hacen giras maratonianas para firmar su última obra.

A pesar de un 23 de abril sin libros y rosas en la calle, nada nos impide celebrar una actividad tan enriquecedora como la lectura.

La literatura, que siempre nos descubre universos nuevos sin tener que salir a buscar aventuras en el exterior, es ahora más necesaria que nunca.

Debido al confinamiento, esta jornada nos ha cogido por sorpresa pero no totalmente desarmados. Las herramientas digitales permiten optar por alguna de las fórmulas de compra on-line o bien hacer nuestra reserva y recogerla cuando las librerías vuelvan a abrir sus puertas como propone la Nollegiu, evitando así poner en riesgo a mensajeros y demás trabajadores de la cadena de entrega. Otra opción es la de esperar al anunciado Sant Jordi de verano, el próximo 23 de julio, para comprar o regalar libros.

Sea cual sea la opción elegida, podéis consultar las recomendaciones literarias de Clínica ServiDigest aquí.

Si sois de los que habéis decidido esperar y además ya habéis agotado las existencias de los libros que teníais en casa pendientes por leer, no os desesperéis. Los letraheridos podéis elegir otra opción: releer los libros que os han gustado especialmente a lo largo del tiempo y volver a descubrir esa historia que un día os acompañó.

Alejados de momento de nuestro habitual entorno multitarea, cada vez más ocupado y estresante, es el momento de saber parar y refugiarnos en nuestras lecturas preferidas, lo que seguro nos permite refrescar nuestra memoria y relajar nuestra mente (hasta ahora acostumbrada a ir a mil revoluciones), preservando el equilibrio mental de manera más serena y consciente.

Sea con nuevas o recuperadas lecturas, necesitamos un desintoxicante digital para evitar la conectividad de 24 horas a la que nos exponemos constantemente con mensajes de preocupación y miedo. Y qué mejor que la literatura para conseguirlo.

Con conocidos autores contemporáneos, con interesantes propuestas como la de la pequeña editorial Fonoll o recuperando clásicos como Márai, Némirovsky, Shakespeare, Zweig, Sampedro, Teixidor, Calders o Pla, os deseamos una feliz jornada de Sant Jordi y mucha, mucha salud.

Y para terminar, una sugerencia: una vez acabe el confinamiento, no cedamos a la tentación de abandonar la lectura. En situaciones normales, es igual de reconfortante.

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