Cirugía Laparoscópica

La cirugía laparoscópica constituye uno de los grandes avances de la cirugía en el siglo XXI al poder realizar las mismas intervenciones que en cirugía abierta pero evitando grandes incisiones.

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La cirugía laparoscópica constituye uno de los grandes avances de la cirugía en el siglo XXI al poder realizar las mismas intervenciones que en cirugía abierta pero evitando grandes incisiones.

Es una técnica que permite la visión de la cavidad pélvico-abdominal con la ayuda de una lente óptica o cámara. La cirugía laparoscópica usa varias incisiones de 0.5 a 1 cm. En cada una se inserta un instrumento tubular conocido como «trocar», en uno de ellos se introduce un aparato, llamado laparoscopio, con una cámara, la cual está conectada a un monitor de video, que permite al cirujano observar el contenido abdominal. A través de los otros trocares el cirujano va introduciendo el material que precisa para la intervención.
Al iniciar el procedimiento, el abdomen se infla con gas (dióxido de carbono) para proporcionar al cirujano un espacio de trabajo y visibilidad. El laparoscopio transmite imágenes de la cavidad abdominal a los monitores de video de alta resolución del quirófano. Durante la operación, el cirujano observa las imágenes detalladas del abdomen en el monitor. El sistema permite que realice las mismas operaciones que la cirugía tradicional pero con incisiones más pequeñas.

La cirugía laparoscópica tiene muchas ventajas en comparación con la cirugía tradicional abierta.
Los pacientes sienten menos dolor, tienen un periodo de recuperación más breve y hay menos problemas de cicatrización.

Al ser incisiones tan pequeñas, el dolor postoperatorio es menor. En consecuencia, la recuperación es mucho más rápida, mejorando la movilización precoz, estado general y de ánimo del paciente. La posibilidad de complicaciones en las heridas, como infecciones o eventraciones, se reduce a porcentajes muy bajos en la cirugía laparoscópica.

En las cirugías digestivas, la menor manipulación de los tejidos, (dado que se realiza con pinzas muy finas), hace que el riesgo de adherencias disminuya y que el intestino recupere su movilidad más rápidamente, por lo que la ingesta de alimentos se inicia antes.

Todo ello influye en una menor estancia hospitalaria con una rápida incorporación a la vida laboral y social. Asimismo, los resultados estéticos también son excelentes.

En resumen, el paciente obtiene, entre otros beneficios:

  • Menos dolor postoperatorio.
  • Recuperación más rápida con estancia en el hospital más corta.
  • Retorno más rápido a su actividad habitual, laboral y física.
  • Mejor resultado estético.

La mayoría de las cirugías pélvico-abdominales pueden realizarse con la técnica laparoscópica: Coletitiasis (piedras en la vesícula), Hernia de hiato-reflujo gastroesofágico, Acalasia, Hernia inguinal y eventración, Apendicitis, Diverticulitis, Cirugía de la enfermedad de Crohn y Colitis ulcerosa, Cirugía Oncológica para Cánceres Colorrectales…

En la actualidad es la técnica más eficaz y segura para la Cirugía de la Obesidad.